28 diciembre 2012

Obras y más obras ... por impuestos

Una ola de obras públicas fueron entregadas por empresas privadas en el año 2012. Backus rehabilitó las vías auxiliares de la Avenida Separadora Industrial, una de las calles que bordean su planta cervecera de Ate. Cementos Pacasmayo encementó varias avenidas en Cajamarca. Telefónica del Perú amplió el sistema de telecomunicaciones en Tacna. Compañía Minera Milpo mejoró los sistemas de agua potable al pueblo de San Juan de Milpo, en las cercanías de su Mina Atacocha en Pasco. Avinka acrecentó el abastecimiento de agua al centro poblado Laure en Chancay, cercano a su planta de beneficio de pollos de Lima. Etcétera. ¿Financiamiento? impuestos del fisco.

Es un hecho histórico, comprobable estadísticamente, que las regiones y municipios peruanos utilizan alrededor de un 60% de su presupuesto anualmente, dejando que el remanente revierta al tesoro público nacional. No lo hacen porque les falte necesidades o les sobre plata sino porque, asumimos muchos, no tienen la operatividad ejecutiva que sus votantes desearían. Cualquier autoridad elegida puede hacer un estrambótico monumento de cemento a la yuca en los bolsones de población votante de su jurisdicción, pero toma más trabajo y desinterés político el gerenciar eficientemente un proyecto de desarrollo serio. Esos gerentes no abundan en los gobiernos regionales y municipales peruanos.

La ley Obras por Impuestos (Ley 29230 de mayo del 2008), refrendada por Alan García -y reglamentada por Ollanta Humala (DS 133-2012-EF de julio del 2012)- abrió una ventana por la que la empresa privada puede canjear impuestos a la renta por la ejecución de proyectos públicos priorizados o de proyectos que las mismas empresas consideren pertinentes al lugar y el tiempo; una lección práctica de espacio-tiempo histórico del ex-presidente aprista. ¿De qué tamaño es la ventana? lo suficientemente grande como para que una parte in crescendo del histórico 40% de presupuestos regionales y provinciales desperdiciados sea administrado por gerentes de empresas privadas nacionales y multinacionales, como lo son las de los ejemplos del primer párrafo. ¿Cómo? este listado lo resume:

(i) Los gobiernos determinan proyectos prioritarios, pero si la empresa privada tiene otra prioridad en mente, puede plantearla y el gasto del proyecto de pre-inversión va a cuenta del gobierno.
(ii) La totalidad de la inversión es recuperada vía certificados para SUNAT a la entrega del proyecto o por armadas, si el proyecto es mayor a 6 meses.
(iii) Esos certificados para SUNAT, llamados Certificados de Inversión Pública Regional y Local (CIPRL) se usan para pago de Impuesto a la Renta, o sus intereses, hasta el 50% del impuesto del año anterior. Pero nada se pierde al tener los certificados validez de 10 años, con 2% de incremento anual automático.
(iv) La ley exige supervisión privada de la obra a cuenta del gobierno. Si el proyecto requiere inversión adicional, la empresa ejecutora la incluye con estudio previo, también a cuenta del gobierno.

¿Mejores condiciones para el impulso a obras públicas? no lo creo, y la ola de obras por impuestos que se ha venido dando en todo el Perú lo demuestra. Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa. Los ejemplos de Backus, Cementos Pacasmayo, Telefónica del Perú, Minera Milpo y Avinka nos muestran cómo una empresa puede usar este instrumento legal para mejorar su posición operativa con dineros del estado peruano, amén del retoque a la imagen social de la empresa.

Ahora, los ciudadanos de a pie tenemos tres alternativas:
Una, mudarse a las zonas más populosas de las ciudades donde vivimos para disfrutar las obras públicas que nuestras autoridades hacen para mantener su popularidad,
Dos, mudarse a zonas aledañas a empresas locales privadas grandes para disfrutar las obras públicas que sus gerentes hacen para mejorar sus operaciones y su popularidad social, o
Tres, propugnar entre las compañías de particulares la ejecución de obras de verdadero interés comunal y que vienen esperando financiamiento desde que muchos de nosotros tenemos uso de razón.
La tercera alternativa es obviamente la que redunda en cambio positivo y pasa por la formación de mesas de negociación con directorios locales.

El quid de estas nuevas mesas de negociación ciudadano-empresa privada se reduce a, nos guste o no, lograr beneficios tanto a la comunidad como a la empresa en cuestión. Si bien el espíritu de la ley busca priorizar el beneficio comunal, ninguna empresa distraerá recursos financieros y humanos en proyectos que no les redunden alguna mejora en sus operaciones, así ellos recuperen la totalidad de lo que invierten vía CIPRL y ganen la imagen de empresas socialmente responsables. Hecha la ley, hechas las reglas del mercado.

Las alternativas uno y dos representan la inercia social. Una cara de la moneda muestra el desperdicio de los presupuestos descentralizados y la otra cara muestra a la empresa privada realizando obras que casi exclusivamente favorezcan sus operaciones regulares disfrazando los proyectos a ejecutar con la careta de la prioridad comunal. En las tres alternativas, y éso es tema de otro artículo, seguiremos haciendo como que no existe la corrupción en los gobiernos y las empresas, un mal al que debemos sobrevivir hasta que nuestro sistema de justicia se gane su nombre realmente.

Los impuestos no deben financiar nuevo pavimento para vías de salida de almacenes privados, ni para darle circulación a precio de mercado a productos largamente almacenados, ni para incrementar la frontera de telecomunicaciones privada, ni para beneficiar campamentos mineros privados en la puna, ni para incrementar la presión de agua de factorías privadas. Los impuestos son el ingreso de un país y, por ende, de sus ciudadanos, debemos asegurarnos que sean usados para su beneficio directo.

20 diciembre 2012

Felices Natividades


Cenábamos pavo con puré de manzana, poníamos nuestro Niño Jesús en la cuna del pesebre montado en casa, y nos mandaban a dormir, a lo que obedecíamos prestos pues esperábamos la visita del real Niño Jesús con nuestros regalos. Papá Noel y Santa Claus todavía no habían irrumpido en muchos hogares. Siempre esperábamos ver al pequeño hijo de María y José cruzando raudo la habitación para dirigirse a donde habíamos dejado calcetines o zapatos para dejarnos un regalo largamente ansiado. Los árboles de navidad todavía eran naturales y se cortaban para los habitantes de los bosques del hemisferio norte. Cada niño tenía su propia imagen de Jesús pequeño, que podía ser del tamaño o la raza que mejor se ajustaba a nuestra idea de belleza humana. Las rollizas formas caucásicas abrigadas de verde o rojo todavía no se habían globalizado. Para nuestra decepción, nuestros padres siempre esperaban a que estuviéramos profundamente dormidos para dejarnos los regalos que abriríamos felices al día siguiente, quizá el único día de vacaciones en que nos levantábamos temprano. Buenos tiempos. Buenas Natividades. ¡FELICES NATIVIDADES A TODOS!

19 diciembre 2012

La Gran Familia

No habido. Luchó por no ser cambiado a Lima, pero hoy está no habido. Logró que un juez en Chiclayo intentara una corrección a una orden superior de rutina de la PNP para quedarse en la jefatura de la policía en Chiclayo, y hoy está no habido. No habido para la prensa, al menos. No habido para los titulares que leen los chiclayanos y los peruanos en los diarios de 50 céntimos. Está no habido y no ha habido descargo ni explicación de su parte acerca de la "Gran Familia" de las barriadas chiclayanas.
Conocí a César en la Cajabamba de los años 70 y lo recuerdo por su uniforme escolar gris algo más apretado de lo necesario y por su orgullo de llevar dos zetas en el apellido, a diferencia de los Gonzáles, Gonsález o Gonsáles, de pasado analfabeto decía él. Siempre quiso ser oficial de la policia en una época en que todos planeábamos convertirnos en militares y tratar de llevarnos a Chavelita en un buque de guerra, un tren militar o un aeroplano de 4 hélices, parafraseando a algún ilustre cantante mexicano. Su historia transcurrió según lo esperado por todos: ingresó a la escuela de oficiales y se graduó sin inconvenientes. Al fin y al cabo, su pasado cargado de zetas y de romerías nunca puso en duda la seguridad del rumbo de su vida tal como la había trazado él mismo. Y la sorpresa, ¿no habido para la prensa ahora que el "Viejo Paco" lo ha acusado de cómplice por omisión de innumerables crímenes? no suena a César, aunque dicen que la gente cambia. Dicen tantas cosas.
El "Viejo Paco" de hecho tiene una gran familia, con muchos parientes de oficio en todas las instituciones que hicieron como que no se enteraban de los chantajes, secuestros, asesinatos, y crímenes de toda laya que ocurrieron en el norte peruano, con epicentro en Chiclayo, por varios años. La gran familia engrió a Paco hasta la alucinación de creerlo intocable. Un error de cálculo y Paco cayó en desgracia, pues no sólo fue a parar a la cárcel otra vez si no que apareció en los periódicos peruanos con cierto estruendo. La gran familia empieza a ser desgranada y nadie, ni Paco, sabe en qué terminará el asunto. Por lo pronto, jueces superiores y altos oficiales de la policía son señalados por el mismísimo jefe de la familia; algunos se defienden, otros están no habidos.
En un país en que los trabajadores dependientes no están obligados a presentar declaración de impuestos, las condiciones son ideales para los que obtienen pingües ingresos ilegales ya sea por torcer la ley a conveniencia de sus clientes de turno, crear cortinas de humo periodísticas, o dejar obrar a delincuentes impunemente. Es trabajador dependiente todo aquel que tiene un nexo laboral contractual con una institución privada o pública. Es trabajador dependiente, entonces, cualquier juez superior o supremo, cualquier corresponsal o editor de noticias, o cualquier coronel o general de la policía o el ejército. La infraestructura está ahí, ellos hacen que las autopistas del dinero sucio se mantengan perfectamente viables.
No sé casi nada de los personajes mencionados por el "Viejo Paco" en sus primeras declaraciones. No doy razón ni fe por el juez superior Ricardo Ponte, ni por el corresponsal de noticias Sandro Chambergo, pero sí tengo la confianza de que el coronel César González Romero sigue siendo el muchacho organizado y honesto que solía ser en la Cajabamba de nuestra época colegial. Guardo la esperanza que el recuerdo de las callejuelas flanqueadas de tejas que recorrió por once años camino al colegio que nos formó aún forma parte importante de su vida.