21 diciembre 2013
Felices Natividades.
Pavo al horno, puré de manzana y chocolate caliente integraban la cena que siempre representó mi segunda parte favorita de las fiestas de fin de año. La primera parte era la furtiva visita del niño Jesús a los dormitorios de los niños ya bien entrada la noche. El niño Jesús de nuestra imaginación venía con el consabido regalo que previamente le habíamos dejado saber por correo. Confieso haber pasado alguna noche dormido en algún puesto de vigilancia, camuflado tras una manta, con la intención de ver pasar raudo al obsequiante en la oscuridad del cuarto. No conseguí verlo pero en mi decepción, algo cómplice, empezó a decantar en el subconsciente la tradición de esperar a que el mundo estuviera profundamente dormido para dejar los regalos que se abrirían con regocijo al día siguiente. Buenos tiempos. Buenas Fiestas. ¡FELICES NATIVIDADES A TODOS!