De siempre han dicho los psicólogos que, si las cosas no tienen arreglo, debes olvidarlas y caminar por otro rumbo, que éso garantiza tu salud mental y anímica. Creo que aquel consejo es acertado para un individuo haciendo abstracción de su entorno, pues una reacción así de todos los individuos de nuestro universo nos daría una multitud de gente saludable en su mente individual y jodida en su ámbito social. Gente sana sicológicamente que le andará escurriendo el bulto a los problemas que para solucionar requieran esfuerzo en equipo aunque ese escurrir del bulto signifique tener el bolsillo tan vacío como la ética personal de un nuevo millonario. Para qué quejarse, si la idea es estar sano aunque en ello se me vaya la capacidad de hacer y pensar por mi mismo. Para qué pensar, si ya todo está pensado para mi. Para qué hacer algo por mejorar las cosas, si éso me lleva a ser negativo y apestado entre los individuos sanos que no enfrentan los molinos de vientos de cada día pues podría ser políticamente incorrecto, que no tienen una visión del mundo que vaya más allá del suelo que observan fijamente en cada genuflexión con la que evitan sus problemas.
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