Las supuestas opiniones independientes de dos abogados citados por la nota periodística proviene de empleados de estudios como el "Payet Rey Cauvi", cuya labor social viene a través de una agencia española y su página web inicial se lee en inglés, y el "Rossselló Abogados", con una impresionante lista de corporaciones en cartera de clientes.
El tenor de lo dicho por los epónimos jurisperitos se resume en: (1) no se puede exigir a las empresas pagar impuestos y (2) se debe detallar individualmente cada caso de elusión. Uno, según ellos hay obligación de tributar pero no de escoger la forma más adecuada al fisco y, dos, sólo ven "seguridad jurídica" cuando las leyes son tan específicas que la trampa salta a la vista.
Señores letrados, tócales ahora ser creativos no para buscarle tres pies al gato sino para representar a sus clientes en condiciones afines a la globalización del mundo empresarial. Las lágrimas, doctos picapleitos, no son jurisprudencia y sólo aumentan las pantanos infestados de cocodrilos. Dura lex sed lex.