31 mayo 2013

Periodismo económico o el Gran Bonetón

Leí un corto artículo, de ésos que se escriben para los no iniciados en uno de aquellos pocos diarios que hacen periodismo especializado en economía, Diario Gestión, y me llamó la atención la primera parte, aunque el ánimo fue decayendo conforme mis ojos recorrían las consabidas explicaciones de estadísticas nacionales. Aún cuando tengo muchísimas reservas acerca de la idoneidad profesional de muchos periodistas económicos que firman columnas o reportajes en dicho diario, le encontré un viso de interés a lo planteado por Carlos Parodi en el primer párrafo de su columna de hoy 31 de mayo del 2013 del blog del Diario Gestión:

  "Recientemente el INEI publicó cifras de pobreza para 2012. En primer lugar y antes de comentar los resultados, cabe mencionar que el método de cálculo de la pobreza utilizado es el de la pobreza monetaria, que clasifica como pobres a todos aquellos cuyo gasto diario es menor que el costo de una canasta básica que contiene alimentos, educación, salud, vivienda, vestido, etc. (...). En segundo lugar, el mencionado método no toma en cuenta el acceso a necesidades básicas de calidad, como por ejemplo, una buena educación y salud pública. Como consecuencia, una persona puede no ser pobre por el método monetario, pero no tener acceso a servicios básicos en la calidad adecuada. Desde luego, aquí la cuestión es si su bienestar ha aumentado o no."

La columna, o el blog, se llama Economía para Todos y el artículo se titula Pobreza en el Perú. Lo dicho, lamento de veras que el autor no haya desarrollado en su artículo el tema que introdujo acerca de la calidad de vida de las familias fuera de la pobreza monetaria. Espero con curiosidad la ampliación de esta ramificación del tema que se me antoja más que interesante y necesaria para el tantas veces postergado debate de las prioridades del buen gobierno en el Perú. Y es que me acicatea curiosidad por saber qué dejó en el tintero el columnista al acompañar a su elocuente introducción con siete párrafos dedicados a  interpretar estadísticas basadas en un método de cálculo con bemoles.

Sólo ése párrafo introductorio me anima a sacar a Carlos Parodi del grupo, áltamente mayoritario, de quienes ejercen periodismo económico bailando la tonada que les toque la línea editora del diario donde escriben; por desgracia, ser políticamente correcto en Diario Gestión significa no ir más allá de la superficie de los hechos económicos y limitarse a yacer envuelto en brumas de aburridos recuentos meramente informativos de Perogrullo, sin inferencias válidas que podrían correr el riesgo de herir la aguda sensibilidad excluyente del corporativismo empresarial que ha desterrado al periodismo independiente de la prensa peruana so pretexto de mantener las tasas positivas de crecimiento empresarial a las que muchos ciudadanos de a pie se aferran como única alternativa económica, sin saber que están acunando al opuesto del cooperativismo social y laboral que ayudó a las naciones desarrolladas a llegar al lugar en que están.

Aunque con menor empuje por lo de la baja de cotizaciones internacionales de productos primarios, seguimos creciendo económicamente como país, por ende, se torna cada vez más importante el replantear nuestras estadísticas para medir el bienestar real de nuestros pobladores, entendiéndose por bienestar real el poder acceder a servicios de educación y salud de calidad, ya sea pública o privada. En tres palabras, medir el desarrollo. Empezar por franquear los datos estadísticos subiendo la valla indicadora de límite de pobreza monetaria es un acto que requiere no solo ajustar la metodología de cálculo del instituto de estadísticas sino también de tener muchísimo coraje político, ¿lo tendrá este gobierno o el gobierno que viene? Cosas del Gran Bonetón.

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